29.8.10

Demasiado temprano

Para dejar de creer en cietas cosas

Como revoluciones

O amores


Demasiado tarde

Como para volver atrás

Ir a recoger los cachos

Que dejé en aquel humbral


No me pidas que te quiera

A gatas puedo respirar

No te pido que no me hieras

Si la cosa siempre va igual


La resignación

Es una cosa enferma

Pegajosa y de-más

Pero acá se instala,

Siempre, siempre

Acá

24.8.10

Tendría que leer más poesía
Otra vez, como antes
Para que me salga algo
Poético

Tengo esto,
Suficiente bronca
Como para llenar carillas

Para qué mentir
Si lo que tengo es dolor
Uno macizo
Comprimido en el pecho.

No me mata,
No llega a subirme por la garganta
Me genera nudos, de angustia
Básicos.

Ni siquiera original
Este hartazgo
Solamente está ahí
Sin inspirarme

No me da historias
Ni poesías
Solamente reclamos
De varias formas

Lo peor,
Es que ni-siquiera tiene etiqueta
De esas, con nombre
Para decirme con quién es

Si con vos,
o conmigo.

22.8.10

No puedo escribir
Con tus ojos en los párpados
Con el sabor en la lengua
Con las manos en el hombro

Distancia,
Mil milímetros de distancia

No puedo escribir,
Cuando
Es mejor no hablar de ciertas cosas.

No puedo escribir,
No me dejas
Aunque me des permiso.

No puedo escribir
Porque todavía tengo las frases
De Serrat y Silvio
Y los capítulos 5 y 7
En la cabeza

No puedo.
Pero necesito
Así que escribo esto
Que no dice nada

Más que cosas que sé
Que no corresponden

Las ganas,
Al bolsillo
Junto con otro miles
De cosas-inútiles

20.8.10

El intento inútil
De esperar milagros
Jugando a reglas
Que nunca respeto

Hablando de mi
Sin nombrar / te
Porque mejor acallar las voces
Que repiten constantes letras

Volver a una poesía
Más mía, menos otra

Volver a estas soledades
Que siempre supieron
Que volvería
Para tomarlas con tequilas

Buscar,
Por los rincones esquinados
El sabor a ilusión
Que dejaste en los labios

Me cansa
Ser de este tipo
De creyentes incrédulos
Que esperan respuestas
Bajo silencios

Así otra vuelta,
Así otro intento
Así este reto
Que acabó en lamentos

Qué importa
Acaso,
Si el tiempo siempre sigue
No espera,
Como yo espero,
Tus pasos.


14.8.10

La idea

La vida suele-ser-así y cuando uno se pone a escribir no siempre aparece la idea. Aunque haya estado persiguiéndome hace una semana. Me acecha entre los rincones, de la casa y de la calle. De golpe haciendo una lista de compras en la cabeza, zas, aparece, furtiva y delicada. Intento con todas mis fuerzas agarrarla, sin que se asuste. Pero suele ser un segundo, dos, tres como mucho y se va, se esconde entre los tomates y la leche descremada. Le encanta presentarse en esos minutos antes de que el sueño me invada por completo. Ahí, justo en ese momento del día donde no llevo mi cuaderno cerca. Esos días donde decido no escribir en la cama. Ahí aparece, se presenta inalcanzable. Me deja tomarla y jugar con ella en imágenes que a la mañana siguiente nunca-existieron.

Si la leyeran no saben lo que sería. Increíble, es una idea, un cuento, una novela o un poema de-aquellos. De esos que ganan premios y viven entre discursos de agradecimiento. Es de esas ideas que quedan grabadas en el consciente colectivo. Realmente les encantaría: se presenta con una mujer, como esas-cosas-de-la-vida que siempre empiezan con mujeres y amores, desencuentros y esas yerbas. Pero no es fácil, porque lleva un análisis complejo, psicológico y filosófico de los personajes y los sucesos. Habla de bares y cigarrillos. Muchos cigarrillos. Como Rayuela pero posmoderna, actual y con un final esperanzadamente trágico.

Hace rato que le vengo hablando, la calmo y le explico que tiene que salir al mundo. Dejarse tocar por estas manos que, aunque torpes, son realmente suaves. Hace unos días empecé a usar crema humectánte para que sepa que no miento. Que si me dejara, la podría seducir con vueltas de tinta. Le prometí usar mis diccionarios para no caer en lugares comunes y darle tiempo a que macere la totalidad de su encanto en el papel.

Así y todo, sigue atacándome sin quedarse. Me da golpes en la cabeza y en la espalda. Como llamados de maestra de primaria para que preste atención. Intenté darle tiempo. Pasé horas sentada frente a la máquina esperándola. En un momento se me ocurrió que podía preferir lo clásico, ¿quién-no? Así que tomé mi cuaderno de actas y una lapicera. La mejor que tengo, la que tiene la tinta más fluida y penetrantemente negra. La esperé unas cuantas horas, con mate caliente y cigarrillos abundante. Esa noche me fui a dormir y la muy-guacha se me metió en la cama y me habló al oído contándome sus rezones. Es querible saben. Si estuviese escrita sería de esos libros que la gente abraza a la noche, de esos que determinadas frases lo hacen sentir a uno que vale la pena la vida. En serio, es magnífica.

Ustedes esperen ahí, yo acá. Aunque no me deje tomarla, tiene que dejar que alguien la escriba. Quien-sea, es necesario que se deje parir. El mundo merece conocer esa historia. Yo seguiré disfrutándola todas las noches, cuando sus susurros me derriten el tímpano.

11.8.10

Me preguntó
Su algún día creceré lo suficiente
Para darme cuenta
Que sigo siendo la misma

No.
Lo sabemos
Esto de cambiar
No modifica nada
Más que las apariencias

Seguirán ahí
Todos esos fantasmas
Que fui reclutando
En estos años.

Podría escribir mejor que esto
Podría, también, escribir peor
Pero esta mediocridad
Corresponde a este sentido.

No entiendas
No hay explicaciones acá
Son palabras,
vacías de contenido.

7.8.10

Era inimaginable

Pensar que de ella

Pudiese salir un sonido


Como mucho

Se podría esperar

Un poco de estática

Que a penas

Se clasificaría como ruido


No era muda

Sin embargo

Nunca oí su voz


Eso sí,

Cuando dejaba

Que se explayara su silencio

Era un maremoto por dentro.