Sueño que morís,
o que te mato
o que me mato por matarte
o que morimos
Como sea nos sueños
muertas,
tan muertas
como corresponde soñarnos
Entonces tus amantes
aparecen atrás de un vino
atrás de dos, tres y cuatro
ya no aparece nada
en serio,
lo he comprobado
Entonces ya no sueño
o al menos no recuerdo
después de cuatro vinos
aunque me niegues la ayuda
y los socorros
Después de eso no sueño
pero no es un sueño
los jacarandá
ni los altares tuyos
que ahora duermen en caja
En los altares no hay rezos
porque sabemos que no creo
ni en milagros, ni santos,
ni blancos ni negros
ni rojos, ni rescates
ni muertes, ni infierno
Pero sin embargo,
con rezo o sin,
los altares existen
y forman lo que forman los altares
un dejo...
Para qué rezarle a un muerto,
me pregunto.
Y sin embargo
en los sueños,
en esos que morimos
seguramente,
después de cuatro vino,
aunque no recuerde
nos rezo