20.9.09

La oscuridad penetraba en cada rincón de la escena, las luces sutiles y fugaces bailaban al ritmo de la música. Ella quedo ausente, distante, frágil. El silencio la secuestro, ella se había vuelto silencio puro, el ruido del mundo seguía ahí, a su al rededor, pero no en ella. Se sentó en una arista del gigantesco cuarto, para todo el resto se había apoyado sutilmente, pero en realidad se había derrumbado sobre ella misma, había caído a la realidad, una ajena a todo ese lugar donde se encontraba.
Quizás es que acababa de recordar quien era y en donde estaba. Entonces el fantasma volvió a acelerarse, la miró a los ojos, le impacto el rostro, le quitó el aire. Todo era claro ahora, no había vuelta atrás.
Miró a la gente, esa gente sin cara, sin sonrisa, se percató de que les faltaba el alma, la gracia, tenían la mirada ausente, se perdían entre la oscuridad y la luz tenue. Se movían, parecían estar con breves periodos de epilepsia, pero no tenías ritmo, eran masas amorfas en las tinieblas. Se asusto y posó la mirada en el piso, Miles de restos, de desperdicios, de desechos anti higiénicos le comían los pies, le llegaban a los talones y la ensuciaban, la lastimaban.
Se levantó veloz y corrió hacia la puera, escapando de esos seres extraños, esos intentos de ser humano, monstruosos. De esa oscuridad, de esa nulidad inmensa.
La calle era larga y gris, el ruido se detuvo, la gente era escasa y semejaba a lo que ella consideraba como personas. El viento frío le corto el cuerpo. Aquel fantasma la miró nuevamente y su mirada se convirtió en arena blanca y tibia. Todo había vuelto a la normalidad.
Tal vez no era la mejor, pero era la suya.

9.9.09


El silencio irrumpio fuerte.
El ruido de los grilletes aferrandose a sus pies estalló.
Sus ojos no eran sus ojos.
Eran solo laminas macisas de hierro.

Ya no la veía,
Solo habia una pared.
Alta, gruesa e imponente.
Era tarde.

El sonido frio e inconfundible del mundo la absorbió.


Lejos de ella misma.

Lejos, hacía la nada.

Lejos, detrás de esa pared.

3.9.09




Tengo tiempo para saber

Si lo que sueño concluye en algo.

No te apures ya mas, loco,

Porque es entonces cuando las horas bajan,

El dia es vidrio sin sol; bajan,

La noche te oculta la voz.

Y, ademas, vos queres sol, despacio tambien podes hallar la luna.

Viejo roble del camino,

Tus hojas siempre se agitan algo.

Nena, que bien te ves

Cuando en tus ojos no importa si las horas bajan,

Y el dia se sienta a morir;

Bajan, la noche se nubla sin fin.

Y, ademas, vos sos

el sol, despacio,

Tambien, podes ser la luna..


A veces otros hablan mucho mejor que nosotros mismos