Cuando en la mañana,
Los cuerpos se encuentran
Desnudos y dispuestos
Algo de tu inconsciente
Que aún me ama
En los rincones perdidos
De tus pesadillas oportunas
Un impulso en tus manos
Que corren a buscarme
Y tus labios dormidos
Con rastros del beso
Es un instante digno
De la soberbia que nos pesa
Dos segundos antes
De que estires la mano
Y veas el reloj.
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