20.7.09




¿Qué hace uno con lo que guarda en los cajones?
Esos retasos de vida.
Amontonados.

No los vemos,
No son,
Fueron.

Formaron parte,
Fueron sangre o sonrisas.
Fuego galopando en las venas.

Ni el humo queda.

Nada,
Más que prisioneros de una cárcel.
Nada,
Más que recuerdos que no arden.
Nada,
Más que la nostalgia en ciertas noches.

Solo queda el complejo,
Esa vocesita del espejo,
De saberse lleno de culpa,
De sentirse con complejo,
Por matarlos en el olvido,
Por dejarlos en el desapego.

Entender que ahí a lo lejos,
Maltratados y añejos,
Se encuentran los pedazos del pasado.

Mirarlos imposible.
Recordar que alguna vez,
Se amó hasta las lágrimas,
Se odió hasta el reflejo,
Se lloró hasta el cansancio,
Se vivió sin tener recesos.

Seria terrible notar,
Que, quizás, sin darnos cuenta,
El alma dejó nuestros cuerpos.


Seria terrible notificar a la vida,
Que de a poco nos ponemos viejos.









1 comentario:

Ianthym dijo...

yo debo llevar a todos esos cajones conmigo, a donde quiera que vaya. sino no habría forma de explicarlo.